domingo, 17 de enero de 2010

Text original de 1.438 palabras para "Técnicas de usabilidad"

Teherán prueba "con éxito" una versión
avanzada de un misil capaz de alcanzar
Israel


El Ejército iraní ha probado "con éxito" una versión avanzada de
su misil de medio alcance Sayil-2, alimentado con combustible
sólido y capaz de llegar a Israel y a las bases estadounidense en el
golfo Pérsico.
Según la televisión estatal por satélite, que ofreció imágenes de la
prueba, el lanzamiento se produjo este miércoles en una zona del
país que no reveló.
Las Fuerzas Armadas iraníes ya había probado una versión del
mismo misil el pasado mayo.
De acuerdo con la fuente, el Sayil-2 tiene un alcance mayor que el
también misil de fabricación iraní Shahab-3, y puede impactar en
objetivos a 2.000 kilómetros de distancia.
La televisión explicó, asimismo, que la nueva versión ha sido
dotada de un sistema especial anti-radar que lo hace más difícil de
detectar, y una mayor movilidad que le permite reducir el tiempo
de preparación antes de ser lanzado.
Irán esta sometido a un embargo armamentístico internacional
desde la década de los ochenta, aunque ha sido capaz de
modernizar su Ejército con un programa bélico propio iniciado en
1992 y la ayuda de algunos países como Rusia.
Moscú retrasó hace unos meses la venta a Teherán de un sistema
de defensa antimisiles tipo S-300.
El anuncio de la nueva prueba balística tiene lugar escasas horas
después de que el Cámara de Representantes de Estados Unidos
aprobara por abrumadora mayoría nuevas sanciones contra Irán y
las empresas que realizan negocios con su Gobierno por las
sospechas que despierta su programa nuclear.
Israel, por su parte, ha amenazado en varias ocasiones con
bombardear las instalaciones nucleares iraníes si el régimen de
Teherán no acepta las exigencias de mayor transparencia en su
programa nuclear.
Gran parte de la comunidad internacional, con Estados Unidos y
el propio Israel a la cabeza acusan a Irán de ocultar, bajo su
programa nuclear civil, otro de naturaleza clandestina y aplicación
bélica cuyo objetivo sería la adquisición de armas atómicas,
alegación que Irán rechaza.

Brown condena la prueba
El primer ministro británico, Gordon Brown, condenó hoy la
última prueba de Irán con un misil y dijo que habló de esto con el
secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en Copenhague,
donde ambos asisten a la Cumbre del Cambio Climático.
En unas declaraciones a los medios británicos desde la capital
danesa, Brown advirtió de que Irán puede afrontar duras
sanciones porque la prueba es un asunto de gran preocupación.
El Ejército iraní ha probado una versión avanzada de su misil de
medio alcance Sayil-2, alimentado con combustible sólido y
capaz de impactar en objetivos a 2.000 kilómetros de distancia.
"Le he manifestado (a Ban Ki-moon la preocupación) y él
también expresó su preocupación por la prueba de un misil por
parte de Irán", señaló el jefe del Gobierno británico.
"Este es un asunto de seria preocupación para la comunidad
internacional y hace que nos movamos hacia las sanciones.
Trataremos esto con la seriedad que merece", agregó Brown.
La noticia del último ensayo fue hecha pública hoy por la
televisión estatal iraní, que no ofreció detalles de cuando y donde
se llevó a cabo la prueba militar.
Las Fuerzas Armadas iraníes ya habían probado una versión del
mismo misil el pasado mayo.
La comunidad internacional acusa a Teherán de ocultar, bajo su
programa nuclear civil, un supuesto proyecto militar paralelo
cuyo objetivo sería adquirir un arsenal atómico.

Nuevas sanciones contra Irán
La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó por
abrumadora mayoría nuevas sanciones contra Irán y las empresas
que realizan negocios con su Gobierno, como castigo por no
suspender su programa nuclear.
La aprobación de la medida, con 412 votos a favor y 12 en contra,
no causó sorpresas ya que de antemano contaba con amplio apoyo
en ambas cámaras del Congreso.
El Senado aún no ha fijado fecha para votar la medida.
Antes del debate y votación de la medida, el presidente del
Comité de Asuntos Exteriores de la cámara baja, el demócrata
Howard Berman, advirtió de que un Irán con armas nucleares "es
el reto estratégico más grave y urgente que afronta Estados
Unidos".
"Debemos utilizar todos nuestros medios diplomáticos a nuestro
alcance, incluyendo sanciones más fuertes, para prevenir que eso
se convierta en realidad", enfatizó Berman, copatrocinador de la
medida.
Los legisladores aprobaron la medida para presionar a Irán a que
ceda a las exigencias de la comunidad internacional y abandone
sus ambiciones nucleares.
El Gobierno de Teherán insiste en que su programa de
enriquecimiento de uranio tiene fines pacíficos.
Entre otros elementos, la legislación aprobada amplía una ley
federal que castiga a empresas extranjeras que invierten más de
20 millones de dólares anuales en el sector energético iraní.
La medida estipula que el Ejecutivo imponga sanciones a
empresas energéticas que provean petróleo refinado Irán, ayuden
a ese país a importar esos recursos o le ayuden a mantener o
expandir sus capacidades para el refinamiento del crudo.
Estados Unidos prohibirá el acceso a su mercado a compañías
extranjeras que violen las condiciones de esta legislación, con lo
cual tampoco podrán recibir asistencia financiera de instituciones
como el Banco de Exportaciones e Importaciones de EE.UU.
(U.S. Export-Import Bank).
La iniciativa va más allá del sector energético iraní, pero su
principal objetivo es, para efectos prácticos, eliminar las
exportaciones de gasolina a Irán, que depende en hasta un 40 por
ciento del petróleo refinado y el diesel extranjeros para abastecer
sus necesidades.
También restringe la cooperación nuclear de Estados Unidos con
países cuyos gobiernos o ciudadanos provean a Irán equipos y
materiales que potencien su capacidad en ese ámbito.
Además, impone sanciones al Banco Central de Irán y cualquier
institución financiera iraní que esté involucrada en actividades
terroristas o de proliferación nuclear, y a aquellas entidades que
realicen transacciones financieras con esas instituciones.
El Gobierno del presidente estadounidense, Barack Obama, tendrá
que presentar informes cada seis meses sobre las violaciones a la
ley, incluyendo a personas que den apoyo material o realicen
transacciones financieras con miembros de la Guardia
Revolucionaria Islámica.
Grupos como el grupo de presión judío AIPAC elogiaron la
aprobación de la medida, al considerar que Estados Unidos no
debe permitir que Irán posea armas nucleares y que la legislación,
al menos, es una forma "pacífica" que evitará alternativas más
severas.
Sin embargo, la legislación también tiene sus críticos, entre éstos
el Consejo Nacional para el Comercio Exterior, que consideran
que las sanciones no harán mella en el Gobierno iraní sino que
terminarán afectando negativamente al pueblo iraní y a empresas
de países que intentan resolver la disputa a través de la diplomacia
y otras medidas de presión.
Estados Unidos prohibirá el acceso a su mercado a compañías
extranjeras que violen las condiciones de esta legislación, con lo
cual tampoco podrán recibir asistencia financiera de instituciones
como el Banco de Exportaciones e Importaciones de EE.UU.
(U.S. Export-Import Bank).
La iniciativa va más allá del sector energético iraní, pero su
principal objetivo es, para efectos prácticos, eliminar las
exportaciones de gasolina a Irán, que depende en hasta un 40 por
ciento del petróleo refinado y el diesel extranjeros para abastecer
sus necesidades.
También restringe la cooperación nuclear de Estados Unidos con
países cuyos gobiernos o ciudadanos provean a Irán equipos y
materiales que potencien su capacidad en ese ámbito.
Además, impone sanciones al Banco Central de Irán y cualquier
institución financiera iraní que esté involucrada en actividades
terroristas o de proliferación nuclear, y a aquellas entidades que
realicen transacciones financieras con esas instituciones.
El Gobierno del presidente estadounidense, Barack Obama, tendrá
que presentar informes cada seis meses sobre las violaciones a la
ley, incluyendo a personas que den apoyo material o realicen
transacciones financieras con miembros de la Guardia
Revolucionaria Islámica.
Grupos como el grupo de presión judío AIPAC elogiaron la
aprobación de la medida, al considerar que Estados Unidos no
debe permitir que Irán posea armas nucleares y que la legislación,
al menos, es una forma "pacífica" que evitará alternativas más
severas.
Sin embargo, la legislación también tiene sus críticos, entre éstos
el Consejo Nacional para el Comercio Exterior, que consideran
que las sanciones no harán mella en el Gobierno iraní sino que
terminarán afectando negativamente al pueblo iraní y a empresas
de países que intentan resolver la disputa a través de la diplomacia
y otras medidas de presión.

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